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Los profesionales de la sanidad se exponen a riesgos cada día

La sanidad en España es considerada una de las mejores, por la cualificación de sus profesionales y por el acceso para toda la ciudadanía. Muchas veces pensamos que es mejor recuperarse en casa que un hospital debido al alto nivel de gérmenes que existen, patógenos a los que se enfrentan cada día los profesionales de la sanidad, no sólo en esas cuatro paredes sino también aquellos que deciden viajar para apoyar campañas más allá de nuestras fronteras para paliar epidemias como la generada a partir del virus del Ebola o el riesgo al virus Zika.

Principales riesgos en sanidad

Los agentes físicos, químicos y biológicos son los que destacan frente a otros riesgos a los que se enfrentan los profesionales de la sanidad. Entre agentes físicos podemos destacar la exposición a las radiaciones. Caer en la cuenta las medidas extremas que deben llevar estos profesionales que cada día realizan decenas de radiografías, la falta de medidas preventivas puede ocasionar alteraciones en el organismo, ya que la ionización puede producir fragmentaciones en las moléculas de ADN, que juegan una importante función en la vida, pudiendo ocasionar la muerte celular. Por esta razón, cada vez que nos hacemos una radiografía el profesional que nos da las indicaciones para posicionarnos frente a la placa, ha recibido una formación específica, no solo para el manejar del aparato sino a nivel preventivo. Además,  utilizan obligatoriamente dosímetros individuales que midan la dosis externa, representativa de la totalidad del organismo, así como someterse a los controles dosimétricos pertinentes, en caso de existir riesgo de contaminación interna. Y por supuesto, hace uso de equipos y prendas de protección individual plomados como delantales, protectores de cuello, guantes y/o gafas u otras medidas complementarias como pantallas móviles o biombos.

Los agentes químicos se encuentran asociados a otras áreas de la salud, en su mayoría laboratorios donde se analizan las muestras extraídas o investigación. En estos entornos se pueden encontrar una gran cantidad de sustancias, entre ellas, inflamables, explosivas, tóxicas o nocivas, carcinogénicos, mutagénicos o corrosivas e irritantes. En este ambiente los analistas o profesionales deben maximizar sus precauciones para evitar la irritación de la piel o daños en el sistema respiratorio al inhalar sustancias nocivas. Entre las medidas que se encuentran en estos entornos es primordial el orden, un correcto etiquetado de cada sustancia, la limpieza y disponer de instalaciones adecuadas para el manejor de productos, como vitrinas y mamparas. Además, los trabajadores deben de ir equipados de batas, guantes, mascarillas para trabajar con productos que desprendan vapores y gafas de seguridad.

Por último, el grupo que se da de forma casi exclusiva en el entorno hospitalario, los agentes biológicos. Por norma general, los gérmenes y patógenos se encuentran en el ambiente de un centro médico u hospital, debido a que los enfermos están en estas instalaciones, tosen, estornudan y muchos virus se transmiten por el aire. Para tratar a los enfermos los profesionales, enfermeros y médicos, durante sus rutinas van ataviados con batas o pijamas, así como guantes. Del mismo modo, cuando entran en la sala de quirófano van previstos de mascarillas, para maximizar la higiene y la esterilidad del área, evitando que el paciente pueda contraer una enfermedad como resfriado por parte de un médico.

Virus, bacterias y enfermedades infecciosas

Se considera una infección como el resultado del establecimiento e interacción de un parásito en un organismo que actúa como huésped del mismo. Cuando un paciente llega con un problema de tal calibre a un hospital, este es derivado a la Unidad de Enfermedades Infecciosas, donde se estudian y tratan las enfermedades producidas por diferentes gérmenes como virus, bacterias, hongos, parásitos. Para que nos quede más claro, enfermedades como la inmunodeficiencia humana (VIH), el SARS o el virus de la gripe A (H1N1), que han sustituido a enfermedades como la viruela, que gracias a vacunas han quedado en el pasado.

Los cambios sociales que hemos vivido en los últimos años, como el aumento de la inmigración desde países subdesarrollados han traído nuevas enfermedades como la tuberculosis. Del mismo modo, muchos turistas al viajar a estos países, una vez han vuelto ha traído consigo enfermedades.

El último virus que creo alama y movilizo a millones de médicos de todo el mundo y organizaciones no gubernamentales fue el Ebola, con una con una tasa de letalidad que puede llegar al 90% de las personas infectadas, según indican desde Médicos Sin Fronteras. Aquellos médicos que se enfrentaron a esta temible enfermedad extremaron sus medidas preventivas para evitar el contagio.

En las áreas de trabajo se aseguro un espacio suficiente entre los pacientes, y una separación estricta entre las áreas de bajo y alto riesgo. Además de luz suficiente, adecuada gestión de residuos y limpieza regular y desinfección de las salas. Por otro lado, la entrada en la zona de alto riesgo, donde estaban ingresados los pacientes con sospecha de infección y los pacientes confirmados, estaba muy restringida con el fin de exponer al mínimo de trabajadores posible.

Los trabajadores en contacto directo con los pacientes usaban un traje integral de protección: pijama sanitario, capucha, bata, delantal, mascarilla, gafas protectoras y botas.

Aún así, hubo contagios no deseados tanto en Sierra Leona como en España, solo la prevención y la formación era las pautas para evitar la transmisión de esta enfermedad, así como lograr frenar su expansión.

Naisa

Técnico PRL asesor en EPIs y vestuario laboral

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