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Ropa de trabajo ignifuga y antiestática

En ocasiones hemos resaltado la importancia de la ropa de trabajo como primera línea de protección del trabajador ante posibles daños, ya que, de su calidad, adecuación y correcto mantenimiento puede depender que un accidente o percance sea más o menos grave. Esta afirmación adquiere especial relevancia cuando hablamos de sectores en los que por la naturaleza del trabajo los trabajadores están expuestos de forma continua a riesgos de mayor envergadura que la mayoría de los trabajadores, como pueden ser soldadores, industria petroquímica, industria eléctrica, fundiciones y pirotecnias. A continuación os queremos hablar sobre la importancia de la ropa ignífuga y antiestática.

En estos sectores es obligatoria la utilización de ropa de trabajo ignífuga y antiestática al estar los trabajadores expuestos a contacto con llamas, calor, salpicaduras de metal fundido y electricidad. De esta forma estas prendas se convierten en un elemento imprescindible en los planes de prevención y están sujetas a una normativa específica en cuanto a requisitos y estándares de calidad. El que una prenda ofrezca protección ignífuga significa que está fabricada con materiales que no prenden, limitan la propagación de la llama por ser retardantes al fuego y los tejidos no permiten la penetración de sustancias químicas peligrosas o salpicaduras de metal fundido. Es decir, debe proteger contra los tres tipos de calor (conductivo, radiante y convectivo) y también contra las salpicaduras.

La normativa específica para la ropa ignífuga es la EN11612 que analiza y establece las propiedades de protección de las prendas, los tejidos de protección y accesorios, frente al calor y la llama. Además se verifican en laboratorios oficiales que reúnan unos valores mínimos en cuanto a la resistencia, encogimiento y vida útil de las prendas.

Por su parte, la ropa de trabajo antiestática tiene la función de disipar la carga electroestática que se puede generar en determinadas condiciones de trabajo, ya que estas prendas de protección disipan la electrostática, siendo su uso obligatorio industrias donde se manipulan sustancias explosivas, o donde se forman gases y polvos finos  que puedan ser combustibles. Estas prendas tienen una normativa específica (EN 1149-5) y lo más habitual es encontrarse prendas que reúnan las dos características, siendo los materiales más utilizados el algodón tratado químicamente, la modacrilica (una fibra que resiste bien al fuego) o la aramida (otra fibra también resistente al calor y de gran robustez y resistencia). Entre el tipo de prendas que podemos utilizar encontramos:

  • Cazadoras y parkas: podemos encontrar chaquetas de trabajo de un solo color o incluso que también reúnan la característica de tener elementos de alta visibilidad, así como parkas que proporcionen mayor protección contra el frío y ofrezcan protección impermeable.
  • Pantalones:  los modelos de pantalones intentan aunar las características técnicas de este tipo de prendas con la comodidad que precisa cualquier pantalón de trabajo, como múltiples bolsillos y cintura regulable.
  • Camisas: aunque cuando hablamos de prendas ignífugas y antiestáticas solemos hacerlo pensando en prendas exteriores, también es necesario completar la uniformidad con elementos que permitan, si es necesario, quitar la cazadora o parka manteniendo cierto nivel protección. De la misma forma que las cazadoras o parkas, estas camisas pueden incluir además elementos de alta visibilidad.
  • Buzos:  ofrecen la ventaja de brindar protección completa del cuerpo del trabajador en una sola pieza, siendo muy prácticos a la hora de tener que vestirse con ropa de protección de forma rápida.

También existen complementos ignífugos para el vestuario laboral que cumplen los requisitos exigidos, como es el caso de la ropa interior, ya que en ocasiones la ropa interior de uso ordinario contiene elementos o materiales en su fabricación que pueden ser inflamables o acumular electrostática.

Ropa ignífuga y antiestática Naisa

Hay que mencionar que la ropa de trabajo para soldadores precisa de una certificación propia, EN ISO 11611, que acredita la protección del trabajador frente a la formación de chispas y contacto breve con el fuego,  y reducir el riesgo de descarga en el caso de que se produzca un contacto accidental con una fuente de electricidad. Se dividen a su vez Clase 1 (ofrecen protección cuando se utilizan técnicas de soldaduras menos peligrosas) y Clase 2 (cuando las técnicas de soldadura conllevan un riesgo adicional porque la generación de chispas y calor y considerablemente mayor).

Además de cumplir con la normativa que hemos visto, es necesario que su diseño, utilización y mantenimiento sean los adecuados para mantener el nivel de protección que ofrecen. Por ejemplo, los bolsillos de estas prendas deben ser los mínimos necesarios y estar cubiertos por una capa de tela más ancha que la apertura del bolsillo, y todos los elementos que incluyan como botones y cremalleras no pueden suponer un elemento de riesgo o conducción de calor o electricidad. La utilización debe ser la correcta, permitiendo libertad de movimientos pero sin ser demasiado holgada, la talla debe ser la correcta para que se cubra de forma adecuada el cuerpo del trabajador.

En cuanto al mantenimiento, aunque este tipo de tejidos dada su naturaleza y función y a que han sido tratados de forma química, son más resistentes y ofrecen una durabilidad superior a otras prendas, deben ser tratados de forma adecuada para mantener sus características ignífugas y antiestáticas. Lo recomendable es seguir las instrucciones de mantenimiento y lavado del fabricante, pero con carácter general se recomienda lavar estas prendas de forma separada y del revés, evitando limpiadores como lejía y agua oxigenada o detergentes que los contengan, y la utilización de suavizantes.

Naisa

Técnico PRL asesor en EPIs y vestuario laboral

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