Protección ocular

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Una de las partes más sensibles y delicadas de nuestro cuerpo son nuestros ojos. Los usamos para ver, por lo que sin ellos tendríamos que adaptarnos a una nueva forma de trabajar y de llevar a cabo las cosas.

Por este motivo, vale la pena conocer al detalle que es lo que tenemos que hacer para proteger nuestros ojos de los distintos peligros o riesgos a los cuales se exponen a diario.

La importancia de la protección ocular

Según nuestro contexto laboral tendremos que tener en cuenta unas cosas u otras. Lo más básico y más general es la protección ante las radiaciones solares:

  • Si trabajamos al aire libre o en entornos con mucho sol, será muy probable que necesitemos usar gafas de sol para poder mejorar nuestra visión. Las existen de muchos tipos y modelos, incluso graduadas si fuera necesario.
  • Tenemos que mirar siempre que estén lo máximo ajustadas a nuestra forma de la cara. Hay gafas que por ser más grandes o más pequeñas de lo que necesitamos, nos puede producir molestias y no nos ayuda a proteger los ojos.
  • Vale la pena invertir en ellas: unas gafas de sol pueden llegar a ser muy baratas si las compras en un stand o parada de mercado, pero por la cuenta que nos trae es mejor comprarlas de una marca con cierto renombre y gastarse un poco más.

A parte del sol, también podemos encontrarnos con otros problemas. Por poner dos ejemplos:

  • Cuando se trabaja con determinados materiales, podemos sin querer sufrir algún percance. Por ejemplo: un carpintero que está trabajando con madera puede sufrir por culpa de una astilla, o por ejemplo los soldadores y personas que trabajan con productos que hacen chispa, etc. Incluso a veces si estamos rodeados de un ambiente contaminado lo podemos notar en los ojos, ya que suelen tener, como medida protectora, el lagrimal.
  • El segundo ejemplo va para los materiales peligrosos, sobre todo los químicos u orgánicos. Trabajar en laboratorios, granjas u hospitales requiere también que cuidemos nuestra salud ocular.

En caso de accidente debemos actuar de la forma más rápida posible: hay varias formas de hacerlo y todo dependerá del tipo de trabajo que realicemos, el tipo de accidente y el entorno en donde estamos, pero básicamente deberíamos seguir estos pasos:

  1. Si nos entra algo en el ojo (y no es un material contaminante) lo que debemos hacer es intentar que salga mediante el suave tacto o el levantamiento de párpado. Si nos ponemos a frotar el ojo rápidamente y con desesperación, solo conseguiremos más irritación y más posibilidades de sufrir una rotura de tejidos o una lesión interna.
  2. En caso de contaminación, debemos rápidamente llamar al servicio de emergencia, y buscar rápidamente agua para poder aplicar en el ojo. Un baño de la zona nos puede ayudar a limpiar la zona y a reducir el riesgo.
  3. Por último, si ocurre un accidente mayor, lo mejor es avisar rápidamente e intentar hacer lo menos posible para no complicarlo.

Naisa

Técnico PRL asesor en EPIs y vestuario laboral

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