Los accidentes de trabajo más habituales

A día de hoy, son bastantes las personas que sufren alguna vez algún accidente en su puesto laboral.

Accidentes de trabajo, causas habituales

Las causas pueden ser muchas, os citamos algunas de ejemplo:

– La más común es quizá la falta de protección o la mala adecuación de los equipos de protección individual. Cuando se deben usar elementos de estas características, debemos asegurarnos con el empleador que éstos se encuentran en buen estado, que cumplen la normativa vigente y, sobre todo, que se ajustan a la perfección a nuestra talla. Un casco más grande que nuestra cabeza o unos guantes desgastados, por citar dos ejemplos, podrían suponer un grave riesgo para nuestra salud.

– Otra causa serían los espacios mal adecuados: suelos que hacen resbalar, sillas que no se ajustan a la medida de la mesa, poca luz, etc. Es muy importante que nuestro lugar de trabajo cumpla con la normativa vigente y el empleador o empresa responsable se preocupe de que así sea.

– También se dan por despistes del propio trabajador o incluso el no querer usar los equipos de protección adecuados. Ya sea por falta de uso o carencia de motivación, hay veces que los propios trabajadores son los causantes de sus propios accidentes. Para evitar esto debemos asegurarnos de intentar estar atentos y centrados en nuestras tareas, haber dormido y comido lo suficiente y fijarse en las cosas, sobre todo si tenemos un trabajo de riesgo medio o alto.

Aunque la mayoría de accidentes que se producen en entornos laborales no son muy graves, lo cierto es que no se debe descuidar la seguridad, ya que no en vano se han dado casos de accidentes mortales o irreversibles, haciendo que el trabajador o trabajadora quede tocada por el resto de sus días.

Algunos de los accidentes de trabajo más habituales son:

Caídas: las caídas son sin duda el accidente laboral más común. Las hay de dos tipos: en primer lugar estarían las que se producen en un mismo nivel y en segundo, las caídas que se producen desde una altura concreta. Como os podéis imaginar, las segundas suponen más riesgo. Las causas de una caída pueden ser muchas, desde suelos no anivelados hasta baldosas resbaladizas, pasando por el uso de calzado no preparado, elementos que pueden entorpecer el camino, etc.

– Esguinces, torceduras: se producen o bien por las caídas que acabamos de comentar o malos gestos. Si alguna vez al caernos o darnos un golpe vemos que el dolor va a más y que nada puede calmarlo, deberemos ir rápidamente al médico para ver si tenemos alguna rotura.

Pequeños cortes o heridas: cualquier tipo de trabajo está expuesto a este tipo de accidentes. Esta categoría es muy amplia: quemadura en una cocina, rascadas, cortes, etc. Para prevenir y para ayudar a curar de inmediato estos percances, es muy importante que en todo trabajo haya un botiquín de primeros auxilios equipado y revisado periódicamente. En él tendrán que encontrase gasas, esparadrapos, desinfectantes, yodo, etc. Lo normal es que en las grandes empresas u oficinas haya un botiquín por planta. Dependiendo del tipo de trabajo también puede variar el contenido para adaptarlo a las necesidades.

Naisa

Técnico PRL asesor en EPIs y vestuario laboral

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