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Extintores: tipos y mantenimiento

En función de la actividad el riesgo de incendio puede ser mayor o menor, pero independientemente de ello todos los centros de trabajo deben contar con extintores.

Para evitar un incendio es importante conocer los riesgos, con el fin de minimizarlos, reducirlos o evitarlos. Pero si se produce un accidente eléctrico o prende el fuego, es mejor tener cerca un extintor en buenas condiciones y, por supuesto, los conocimientos para poder usarlo.

Se puede producir fuego por distintas causas. Desde sólidos como brasas hasta la combustión de líquidos inflamables. Un incendio se puede producir de la forma más sencilla y siempre es recomendable disponer de medios para paliar los daños.

Los extintores colgados de la pared a menos de 170 metros del suelo, una altura cómoda para que cualquiera pueda descargarlo en caso de tener que usarlo. Además, se ubicaran uno del otro a 15 metros de distancia de forma que queden cubiertos todos los riesgos de incendio.

Por supuesto, igual que las salidas de emergencia, los extintores se ubicaran en lugares de fácil y rápido acceso, no se podrán colocar ni debajo ni tapando el extintor ningún tipo de elemento.  Además, estarán ubicados en sitios visibles desde cualquier punto del recinto y señalizados.

Tipos de extintores

Podemos adquirir extintores portátiles, son aquellos que se cuelgan de la pared y podemos transportar con facilidad. Además, estos tendrán una carga de gas menor a 20 kilogramos. Por otro lado, tenemos los extintores móviles, que son mucho más grandes y se mueven con un carro, estos tienen una carga superior a 20 kilogramos. Este tipo de extintor se ubica en superficies mucho más grandes, como taller mecánicos. Para una oficina, sería suficiente utilizar extintores portátiles.

También se pueden distinguir los extintores en función de su contenido. Los extintores en base de agua, que actúa generalmente por enfriamiento. Se utilizan para sofocar fuegos de clasificación A, es decir, producidos por pequeños sólidos como madera, cartón o papel. Los extintores de espuma actúan por enfriamiento y por sofocación. Estos sirven tanto para fuegos tipo A como fuegos tipo B, es decir, combustibles líquidos como ceras, parafinas, grasas, alcohol o gasolina.

Por otro lado, tenemos los extintores de dióxido de carbono, se usan en fuegos tipo B y C, estos últimos son combustibles gaseosos (acetileno, metano, propano, butano, gas natural). Los extintores en polvo que sofocan fuegos de tipo A, B y C, originando una sustancia pegajosa que se adhiere a la superficie de los sólidos, creando una barrera entre estos y el oxígeno. Y por último, los extintores  a base de reemplazantes de los halógenos, que se interrumpe  químicamente la reacción en cadena. Tienen la ventaja de ser agentes limpios, es decir, no dejan vestigios ni residuos, además de no ser conductores de la electricidad.

Los extintores se deben de revisar periódicamente. En concreto, cada tres meses se comprueba que su accesibilidad es correcta y se encuentran disponibles. De forma anual, se revisa el estado de la carga, para ello se envían a empresas especializadas en mantenimiento de extintores.

Naisa

Técnico PRL asesor en EPIs y vestuario laboral

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