El verano ha comenzado oficialmente, los termómetros aumentan la temperatura, las radiaciones se hacen presentes y el estrés térmico protagoniza un riesgo laboral. Existen profesiones que en esta temporada sufren gravemente estos riesgos laborales. Todos los trabajadores que permanecen al aire libre, ya sea en conservación de carreteras o en protección forestal, se enfrentan a altas temperaturas durante varios meses.
La radiación, enemigo silencioso
España es una país que alcanza elevadas temperaturas en verano, zonas como Andalucía o la Comunidad Valenciana se enfrentan a subidas del termómetro. Es ahora cuando en televisión previenen de la necesidad de estar hidratado y de protegerse contras las radiaciones ultravioletas, visible e infrarroja.
¿Cómo afectan las radiaciones solares? La exposición a estas radiaciones provocan efectos inmediatos. Desde la pigmentación de la piel hasta efectos tardíos como las quemaduras solares o, en casos más graves, la fotocarcinogénesis.
Podemos ver como empresas de construcción, conservación de carreteras, guías en parques naturales o centros de clasificación de residuos modifican sus jornadas laborales. En algunas profesiones se comienza a trabajar en horario nocturno y otras finalizan su jornada a medio día. Medidas preventivas para evitar las las radiaciones solares.
Además, muchos profesionales emplean para prevenir la acción de las radiaciones vestuario de trabajo con colores claros, uniformes confeccionados en telas transpirables para evitar la acumulación del calor y equipos de protección individual, adecuados a esta temporada estival. Por otro lado, se recomienda aplicar protectores solares que absorben, reflejan o disipan la radiación UV.
El aumento del estrés térmico
Las horas que nos proporciona el verano, nos impulsa a realizar muchas más actividades diarias. Esto conlleva a un mayor gasto metabólico, que se alía con la subida de temperatura y la humedad, provocando mareos, lipotimias y golpes de calor. En el mundo laboral, este riesgo se estudia dentro de la Higiene Industrial y lo denominamos Estrés Térmico.
Para valorar la exposición al estrés térmico se valoran parámetros como en el entorno de trabajo, los equipos y las instalaciones. También, la aclimatación del empleado o su vestimenta. Incluso se analizan las variables de humedad y temperatura a la que están expuesto y durante cuánto tiempo en la jornada laboral.
Tras un análisis de todas estas variables, se establecen las medidas preventivas. Cómo reestructurar los horarios laborales, evitando trabajar al aire libre en las horas de más sol. Además, se pueden mejorar las instalaciones en almacenes o talleres, aumentando la ventilación natural o artificial. Asimismo, las tareas se deben de distribuir a lo largo del día. Por ejemplo, en un taller de chapa y pintura aquellas tareas de soldadura será recomendable realizarlas a primera hora de la mañana, en lugar de a medio día.
Del mismo modo, se debe de poner a disposición de los trabajadores vestuarios con duchas, para refrescarse al finalizar la jornada laboral o tras una tarea concreta. Los comedores deberán de estar con una temperatura adecuada, evitando posibles cortes de digestión y los trabajadores tendrán disponible agua fresca para estar hidratado durante toda la jornada.
El calor y las altas temperaturas pueden provocar en empresas no acondicionadas una bajada del rendimiento y lo que es peor, graves problemas para sus trabajadores.