Existen múltiples profesionales que se encuentran sometidos a altas temperaturas, debido a las ubicaciones donde se realizan los trabajos como al aire libre en temporadas estivales o en fundiciones de hierro. Estos profesionales pueden sufrir estrés térmico.
El estrés térmico se produce en aquellos profesionales que soportan altas temperaturas, durante largos periodos de tiempo hasta llegar a acumular calor en su propio cuerpo. Cabe destacar que el estrés térmico no es una enfermedad que puede sufrir un trabajador debido a sus condiciones climáticas de trabajo o su profesión, sino la causa de los diversos efectos patológicos que se producen cuando se acumula excesivo calor en el cuerpo.
Por norma general, un profesional que está sometido a altas temperaturas puede sufrir sudoración y vasodilatación periférica, es decir, una pérdida excesiva de calor a través de los líquidos, por lo que es necesario e imprescindible que estén muy hidratados. Cuando la temperatura corporal supera los 38ºC pueden aparecer daños en la salud. Esta sensación, a largo plazo, incomoda al trabajador y por ende disminuye su productividad.
Los profesionales que trabajan en estas condiciones requieren un periodo de aclimatación al calor, que por supuesto no es inmediata y se requieren una media de 7 a 14 días, dependiendo de cada persona. Para facilitar esta aclimatación y que el trabajador no sufra daños en su salud se recomienda durante el primer día trabajar media jornada en estas condiciones y cada día aumentar un 10% el tiempo de exposición hasta la totalidad. De hecho, la aclimatación es temporal, es decir, que si el trabajador toma unas vacaciones de dos o tres semanas esta condición se pierde y tendrá que volver aclimatar su cuerpo a las condiciones extremas de calor. Es evidentemente, que para facilitar la aclimatación sea ante el calor o la humedad es necesario usar EPI adecuados.
Por esta razón y para evitar el estrés térmico, en determinadas zonas de España debido a las altas temperaturas que se alcanzan en verano, que superan los 40ºC muchos trabajos de exterior como construcción, conservación de carreteras o similares se realizan a otras horas diferentes que en invierno. Por norma general, se realizan primeras horas de la mañana, con la salida del sol y finalizan antes del medio día.
Riesgos y prevención ante el estrés término
Entre los daños de la salud que indican que se está produciendo un estrés térmico podemos destacar los más evidentes como erupciones cutáneas, debido a un exceso de sudoración o exposición a la humedad; deshidratación, que provoca desvanecimiento, visión borrosa, mareo o debilidad, pulso débil; o el conocido golpe de calor, que comienza con la desaparición de la sudoración y cambios en el tono de la piel, así como taquicardia, respiración rápida y débil, cambios bruscos en la tensión arterial y desmayo.
Para prevenir el estrés térmico de forma general, tanto en exterior como interior, se recomienda adaptar el ritmo de trabajo a la tolerancia del trabajador, para evitar daños en la salud; en los momentos de almorzar o cuando comienzan a notarse los primeros síntomas de una posible afección por calor el profesional debe parar su labor y descansar en un lugar fresco, que debe proporcionar la empresa para ello, hasta que se recupere y continuar la labor. Asimismo, los trabajadores deben estar hidratados beber agua y bebidas isotónicas, aunque no sientan sed y evitar bebidas con cafeínas como refrescos de cola y el alcohol, dado que deshidrata.
En cuanto a las comidas, tanto de almuerzo o a medio día, se recomienda evitar comidas grasas de difícil digestión, apostar por ensaladas, frutas y verduras, así como añadir sal a las comidas ya que produce una retención de líquidos en el cuerpo y evita las pérdidas de sales minerales.
Por último, y no por ello menos importante, es bueno ducharse o refrescarse al finalizar el trabajo, eliminar el calor y el sudor del cuerpo, así como utilizar un vestuario laboral apropiado, con tejidos frescos como algodón o lino, y colores claros, ya que los colores oscuros acumulan más calor. No olvidar la cabeza, protegerla del sol con sombreros de ala ancha, gorras o similares.
Afrontar una ola de calor meteorológica
En nuestro país, como hemos comentado anteriormente, existen zonas con altas temperaturas e incluso se producen fuertes olas de calor. En estas temporadas las medidas preventivas deben incrementarse. En primer lugar, si hay riesgo de ola de calor los días previos la empresa debe tener en cuenta esta circunstancia para reajustar los horarios laborales y evitar las horas de máximo calor, sobre todo si se trabaja al aire libre.
En el caso de trabajar en interior, deben de evitarse las entradas de calor al almacén o taller y disponer de la ventilación adecuada, para evitar un exceso de calor en el interior del lugar de trabajo, ya que el trabajador no podrá salir al exterior para aliviar los síntomas y “tomar el fresco”, porque la temperatura es muy elevada.
Del mismo modo, deben de reducirse aquellas tareas que impliquen un alto esfuerzo físico, para evitar la sudoración y la generación de calor corporal. Asimismo, la empresa debe de asegurarse de disponer de suficiente agua para los trabajadores, en el caso de no tener por costumbre abastecer a los trabajadores de agua, en esta ocasión se recomienda disponer de botellines de agua frescos por si se diera el caso de que un trabajador olvidará su refrigerio. Lo importante es la salud del trabajador. Además, es conveniente revisar los vestuarios y las duchas, para que el trabajador pueda cambiarse y refrescarse antes de irse a casa.
Una vez el trabajador sale de su puesto de trabajo se enfrenta él solo a la ola de calor, pero se recomienda intentar descansar por la noche, refrescarse y beber muchos líquido para evitar que al día siguiente el cansancio se sume al calor y provoque daños en la saluda como los expuestos anteriormente.