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Espacios confinados, áreas de máximo riesgo

Fosos de engrase de vehículos, pozos, reactores, tanques de almacenamiento, sedimentación, túneles o alcantarillas se encuentran clasificados como espacios confinados. Lugares donde la atmósfera se considera peligrosa, ya que puede dar lugar a los riesgos de asfixia, incendio o explosión e intoxicación, por tanto se debe priorizar las medidas preventivas para evitar accidentes mortales.

Se considera un espacio confinado aquel con pequeñas aberturas para acceder a él, donde la ventilación natural es escasa e incluso puede contener gases, vapores o partículas tóxicas, donde la vida de los técnicos u operarios corre graves riesgos. Por esta razón, las precauciones exigidas en el ámbito de la Seguridad Industrial respecto a trabajos realizados en espacios confinados son máximas.

Ambientes letales 

Aún en 2015, a pesar de los avances tecnológicos para extremar la detección de ambientes peligrosos, se produjeron accidentes vinculados a espacios confinados. El último accidente se produjo en agosto en Asturias. Un hombre de 30 años soldaba el interior de una cuba, cuando se produjo la deflagración, dando lugar a una explosión del tanque. Según los expertos, es probable que en el interior de la cuba existiera una acumulación de gases y careciera de ventilación. Cabe destacar, que en 2013 se identificó que el 12,4 % de los accidentes en España se producían en espacios confinados por ahogamiento y sepultamiento.

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, en su documento de Identificación y Prevención del Riesgo en Espacios Confinados, identifica las medidas preventivas. Entre ellas, se encuentran aquellas a desarrollar en ambientes potenciales con contaminantes químicos, donde es imprescindible favorecer una ventilación natural del recinto y aplicar ventilación forzada, en aquellos lugares donde la natural sea compleja. Además, es de obligado cumplimiento efectuar medidas con detectores de gas, para verificar que la atmósfera es habitable. En muchas zonas de trabajo, las concentraciones de gases superan la concentración de aire, entonces se introduce un tubo que extraerá la mayor parte de agentes y permitirá una mayor ventilación natural por la entrada al recinto. También, pueden introducir al fondo del área aire limpio.

Asimismo, las medidas preventivas no se limitan a acondicionar el área de trabajo, también es necesario que los profesionales estén equipados de protección individual como arnés de suspensión, trípode de rescate o protección respiratoria, así como la formación adecuada para desarrollar este trabajo. Por otro lado, es imprescindible un vigilante en el exterior, que estará listo para comunicarse con el profesional y actuar en caso de emergencias, desde la sujeción hasta el rescate del técnico.

La Asociación de Empresarios de Alcobendas, Madrid (AICA) ha elaborado dos vídeos explicativos en colaboración con Asifor Ingeniería y con la financiación de la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales, dirigidos a empresarios y trabajadores de espacios confinados, donde relatan los puntos necesarios para reducir los riesgos ergonómicos y trabajar con seguridad en espacios confinados.

La llegada de la tecnología a los espacios confinados

Es conocido el uso de pájaros, en concreto de canarios, en las minas. Antiguamente, cuando la tecnología no estaba desarrollada, los mineros sufrían muertes debido a los altos niveles de metano y monóxido de carbono, que existían en las grutas de las minas, durante la extracción de diferentes minerales. Los mineros, para evitar más accidentes, entraban con canarios en las galerías, animales con una alta sensibilidad a estos gases. Pero estas prácticas quedaron hace muchos atrás.

En la actualidad, se utilizan detectores de gases que identifican con precisión los niveles contaminantes en el área, alertar a través de pitidos, los cuales aumentan si se sobrepasa los límites habitables, permitiendo al profesional salir con seguridad del espacio.

De hecho, la tecnología se ha hermanado con estos técnicos para asegurar su salud y bienestar. El 2016 inaugura las pruebas piloto de la mano de Aguas de Alicante con un dron fabricado para inspeccionar espacios confinados como redes de saneamiento o depósitos de agua. Con este dron, cuyos antecedentes son robots dotados de cámaras de televisión, se ilumina con mayor capacidad el área de trabajo y el alcance de la grabación “in situ” de los depósitos es mucho mayor, evitando que el trabajador se introduzca en el área y su exposición a áreas con atmósferas contaminadas.

 

Naisa

Técnico PRL asesor en EPIs y vestuario laboral

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