El calzado y la salud del pie: prevención de hongos

El calzado y la salud del pie: prevención de hongosEscoger un buen calzado no solamente ayuda a prevenir problemas al andar o pequeñas deformaciones musculares: la elección de unos buenos materiales nos ayudarán también a evitar que se puedan formar hongos u otros problemas parecidos.

Prevención de hongos con un buen calzado

Las dos causas más comunes para este tipo de infección son:

Cuando se va descalzo: hay determinadas profesiones en las que se suele ir descalzo como monitores de natación o artes marciales, socorristas, deportistas, etc. Como hay bastante gente que los padecen, el ir descalzo facilita el contagio.

Con el agua y la humedad: normalmente esta segunda causa va muy ligada a la primera, y es que cuando se anda por medios acuáticos sin ninguna protección en los pies, el riesgo de contagio e infección es aún mayor (piscinas, gimnasios, etc.)

Los hongos no son un problema de salud grave, pero suelen ser muy molestos y a menudo el tratamiento es lento, por lo que la molestia se alarga bastante. El principal síntoma es el picor, y la infección más conocida que producen es el “pie de atleta”, que suele enrojecer, sobretodo, la zona de piel que hay entre dedo y dedo.

Según las estadísticas, uno de cada tres españoles sufre o ha sufrido alguna vez de este tipo de problemas. A veces no afecta a los dos pies sino a uno solo: cuando esto pasa se recomienda que el tratamiento se haga en ambos pies, para evitar así el riesgo de contagio al otro pie (que debido a su proximidad tiene un riesgo de contagio muy elevado).

Recomendaciones:

Calzado: el calzado que tenemos que escoger debe ser lo máximo de transpirable posible y evitar abrigar mucho el pie, o sea: no poneros calcetines gruesos en verano o cuando no hace mucho frío, ya que el pie tiende a sudar y el riesgo es mayor. Es recomendable escoger calzado que esté fabricado con buenos materiales, como por ejemplo el cuero cosido a mano. Se deben evitar zapatos plásticos en la medida que sea posible.

Calcetines: siempre que se puedan evitar, mejor. Aún así, los calcetines ofrecen una barrera de protección cuando no hay más remedio que ir descalzos. Por ejemplo: en la mayoría de países orientales la gente se quita los zapatos para entrar en los templos. Pues bien, no será lo mismo ir descalzo que ir con calcetines.

• Cuando haya humedad o se haya pasado por agua, se debe prestar máxima atención al secado de los pies, sobre todo el espacio que queda entre los dedos. Si yendo al trabajo se pone a llover y los zapatos filtran el agua, será de vital importancia que procures secarlos nada más llegar a destino.

Cualquier molestia que se note en los pies se debe consultar rápidamente a un especialista. Cómo ya hemos dicho no se trata de algo grave, pero siempre es mejor pararlo antes de que se pueda extender. Normalmente los tratamientos son externos y consisten en aplicar unos polvos, una pomada o bien un espray.

Naisa

Técnico PRL asesor en EPIs y vestuario laboral

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