Cada día nuestros pies soportan el doble de nuestro peso, la forma de andar y los esfuerzos a los que son expuestos pueden provocar graves dolores tanto en los pies como en la zona lumbar o el cuello. Los pies no solo nos aportan una base estable sino que amortiguan el impacto de todo nuestro cuerpo al andar y son capaces de adaptarse al suelo, por esta razón los pies es una de las extremidades que más debemos cuidar durante el trabajo con un calzado adecuado para minimizar cualquier daño.
Entre los riesgos que pueden sufrir los pies se encuentra la posibilidad de quedar atrapados o aplastados por la caída de un material o una herramienta que estemos usando. Aunque dependiendo del trabajo los riesgos son unos u otros. No se expone a los mismos accidentes un mecánico que un enfermero, cada uno tiene un calzado adecuado.
Un calzado adecuado para cada trabajo
Aquellas personas que trabajan varias horas de pie sufren en sus músculos y tendones entumecimiento y rigidez, ocasionando artritis o lesiones. Además, la circulación se resiente y puede provocar inflamación y dolores constantes. Por esta razón, la elección de un calzado confortable, que amortigüe correctamente el peso del cuerpo y las horas de trabajo es imprescindible.
A la hora de elegir el calzado para pasar muchas horas de pie debemos tener en cuenta, entre otras cosas, que se ajuste perfectamente a nuestras características anatómicas del pie, prescindir de un tacón superior a las 4 centímetros y, se recomienda, que este cerrado por la parte de atrás con contrafuerte para controlar y estabilizar los movimientos del talón, que sufren mucho desgaste al caminar y permanecer de pie.
Sin embargo, las personas que trabajan tanto de pie como en espacios donde pueden incluirse otros riesgos para los pies, como salpicaduras de productos químicos o quemaduras, deben tener una protección extra en el calzado, en este caso, la elección son botas o botines que cubran todo el pie.
Los trabajadores que se exponen día a día a riesgos que pueden ocasionar graves lesiones en los pies, deben de contar en su equipo de protección individual con zapatos especiales, por norma general, con suela conductora y antideslizantes.
Además, en la elección del calzado de seguridad especial debe tenerse en cuenta el cubrepiés y las polainas de cuero curtido, caucho o tejido aislante. Tampoco debemos obviar la humedad o el calor que sufran los pies, las botas de seguridad deben de ser aislantes para diferentes temperaturas, así como transpirable.
Cuidar los pies tras el trabajo
Tras una larga jornada de trabajo, además de contar con la seguridad del calzado, es recomendable dedicarle unos minutos al cuidado de tus pies. Puedes ponerlos en alto unos 10 minutos y masajearlos con una crema relajante o introducirlos en agua fría y sal, que provocará un alivio del cansancio al instante.
Otra opción, es utilizar una pelota blanda sobre la planta del pie y moverlo hacía adelante y atrás, ayudará a reducir la tensión y es un ejercicio que puedes hacer mientras ves la televisión.
Si considerás que tienes dolores o una lesión en el pie, te recomendamos acudir a tu médico. Los problemas en los pies pueden desencadenar otras dolencias. No olvides cuidar tu salud en el trabajo y también en casa.